Cojones, ¡vaya subidón!
Tenía esto más que aparcado porque estos meses han tenido su miga para todos y en este tema concreto, prefería ser cauto y prepararme para cualesquiera que fuera el resultado final.
Por ello me he mantenido un tanto al margen y no terminé de publicar las otras tres sesiones del bloque del "tú". Bueno, eso, y que también me comentaron que estaban siendo un poco peñazo jaja y al final esto va de contaros mi vida en relación a Volpa sin ninguna pretensión más, ni de ser divulgador científico ni tampoco influencer.
Pues bien, el programa Volpa ha tenido unos meses de incertidumbre e inestabilidad (como todos) donde parecía mejor no pensar en el futuro. Aún así, por parte de Entreculturas lo han sabido gestionar muy bien lo que ha hecho que contra todo pronóstico, seamos mayoría los que sigamos en este barco.
Si hasta septiembre el posicionamiento era de espera hasta la erradicación del virus. Es a partir de dicho mes cuando se entiende que no hay espera que valga (más allá de la necesaria ante los cambios inevitables producidos por los primeros meses de pandemia) y hemos de convivir con él, por tanto, adaptar el programa a las circunstancias y seguir adelante.
Si bien en ese momento mi decisión era meditada y sosegada (ya en abril me sentía cómodo con la idea de no poder seguir, sin duda, no se acaba el mundo), convencido del sí, quedaban todavía resquicios del letargo de los meses anteriores por lo que ni aún rellenando el cuestionario de preferencias (con el que la sede central buscará los enclaves y proyectos más idóneos) sentía que irse a destino pudiera ser una realidad.
Hoy, justo hace escasos minutos, tras otro encuentro "nacional" vía online, hemos sabido que antes de que finalice el año se nos contactará para realizar la entrevista con dirección y nuestro acompañante. En esta entrevista conoceremos que dos o tres destinos han sido elegidos para nosotros. Valoraremos que sentimos por cada uno de ellos y daremos los pasos consecuentes para la elección del definitivo.
La sensación de alegría y la ilusión que este escueto mensaje ha supuesto en mí, creo que reafirma la decisión que sin miedo he ido elaborando estos últimos meses. Era la correcta.
Por supuesto aceptamos hipotéticos zascas del destino en forma de nuevas epidemias o guerras mundiales, desde luego, está claro que "el pescado todavía no está vendido" y pueden pasar muchas cosas que imposibiliten mi partida. Pero hoy, puedo decir feliz, que la misma está un poco más cerca :)
Un abrazo a todos,
Sergio
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