Poco a poco van sucediéndose los días en mi nueva casa y trabajo, y voy sintindiendo cada vez más, que formo parte activa en esta nueva realidad.
Las cosas van despacio, eso sí, y todavía no puedo hablar de una rutina en la que pueda decir de qué tareas en la oficina me ocupo cada día. Así que, voy a ir contando, como esta rutina va formándose. Esta semana iba a ser un comienzo para conocer y sentar bases pero hubo algún contratiempo.
Empezó la cosa fuerte, ya que el lunes es el día que más personas son atendidas. De modo que ahí estaba yo a las 8:00 con mi "uniforme" en el despacho de coordinación, esperando a recibir la orden y destino de aquel día. Ludimili quiso que comenzase en el área de atendimento, la primera sala a la que llegan las personas beneficiarias. Es allí donde se les hace el primer cadastro, se les da información general y los formularios de inscripción a los cursos que se imparten, se elaboran CVs o se deriva a los despachos de las dos trabajadoras sociales (Mikely y Térida) para que estas valoren la situación de forma más personalizada. De todas estas cosas, yo me dispuse a realizar los cadastros para los recién llegados cuyos datos todavía no están en el sistema (inscribirlos pues, es el primer paso a cualquier otra solicitud). Digo realizar porque eso hice, hacerlos yo mismo. Ahora bien, cuando entré en esa sala repleta de gente y con un ruido en ocasiones ensordecedor, pensaba que ese día iba a limitarme a ponerme junto a Kevin, ver cómo lo hacía él y aprender. Que equivocado estaba, iba a aprender pero por terapia de choque. Me puse en mi "propia" ventanita (junto a la de Kevin, eso sí, falta me haría preguntarle cada dos por tres) y llegó la primera persona a la que debía inscribir sin muy bien saber cómo.
En apariencia el proceso es fácil (realmente lo es, pero claro, una vez tienes práctica) porque solo consiste en pedir algunos documentos y hacer ciertas preguntas, completar las casillas vacías del aplicativo web y listo. La cuestión es que muchas casillas tienen la información abreviada y claro yo sé lo que es un DNI, pero el SUS, NIS, CRAS...ni la menor idea, oiga. Fue necesario recurrir a un muy solicito Kevin y por supuesto a San Google con las múltiples pestañas abiertas. Desde luego, no escatimé en disculpas y agradecimientos por la paciencia de esa pobre mujer a la que ese día, su primer día, le tocó el "becario" que también estaba en su "primerito día". La segunda persona a la que atendí se quedó pasmada con la duración de su proceso, menos de la mitad que la anterior, pero ante el precedente ya se sentó delante de mí asustada. A veces la demora no depende de las personas involucradas, y es que algunas veces el sistema decide "petar" y no queda otra que esperar. Cuando eso pasó, creo que experimenté lo que debe sentir el funcionario público que te atiende y al que maldices porque te tiene esperando una eternidad. La tardanza no siempre es culpa del que trabaja. Un dato a mencionar es que la mayoría de personas que recurren a los servicios de la oficina son venezolanas. Agradecen mucho mi presencia, que haya alguien que pueda atenderles en español y así me lo hicieron saber.
Ese mismo día, por la noche, fui con Agnaldo a la comunidad jesuita que se encuentra muy cerca de la oficina. Allí, tras una bonita misa, celebramos el cumpleaños del padre David (léase a la inglesa porque es norteamericano). Eramos unos cuantos asistentes. Estaban los jesuitas, Térida con su sobrino y sus padres (que hace un día cruzaron la "trocha", la frontera venezolana sigue cerrada, para volver a Venezuela tras no haber podido adaptarse a Brasil) y algunas integrantes del equipo itinerante. Fue una velada muy agradable y una grata sorpresa encontrarme a Marita, del equipo itinerante, a la que había conocido dos años atrás cuando el equipo dio una conferencia en Sevilla tras volver de dialogar con el Papa Francisco.
Una foto de los presentes:
Como decía, la noche fue muy buena, como también la comida. Quienes me conocen saben como me gusta el noble arte de "fartar". Pues bien, el tentempié, pizzas y helado que se sirvió, digamos que los probé bien. No sé si por la cantidad o la mezcla, o incluso si hubo algún otro motivo como puede ser la constante sensación de bochorno que aquí se vive pero, al día siguiente, tuve un viaje iniciático en la senda de la indigestión y lo pasé bastante bastante mal entre visitas al baño a exortar mi pecado (gula) y vueltas en la cama sudando por la fiebre. Por suerte contaba con un buen alijo de medicamentos que mi madre tuvo a bien proveerme cuando hice la maleta. También tuve su apoyo moral y el de Noelia, mi novia, que estuvieron muy pendientes de mí todo el día. También Agnaldo, João y el equipo de la oficina se preocuparon mucho, subieron a verme y compraron más medicinas.
Al final la tormenta pasó. El miércoles no quisieron que me reincorporase lo cual fue una pena porque ya me sentía mejor y ese día iban a visitar junto con Jaqueline (la otra voluntaria con la que estoy compartiendo ahora la casa) la casa de acogida y también el proyecto acogida en los "abrigos" que el ejército ha montado junto a la estación de autobuses. Prefirieron que me quedase en casa descansando y eso hice.
Jueves ya, pues, la indigestión fue un corte considerable al proceso de adaptación al trabajo de la oficina pero qué se le va a hacer. Este día me dediqué a hacer lo mismo que el lunes, con mucha más soltura. Incluso excedí, diría, un poco las funciones a las que estaba adscrito y ayudé a una usuaria a solicitar para ella y para su hijo el CPF (como el padrón). Lo hice porque yo mismo he tenido que hacer ese trámite y lo conozco, si fuese otro todavía no tengo idea. Los jueves viene una voluntaria que ese ocupa de los trámites de documentación, le hice un poco menos larga la cola que tenía. Fuimos a comer Agnaldo, João, Jaqueline y yo a un pequeño establecimiento de comida para llevar que creo, voy a frecuentar bastante (muchos precios en los supermercados son prohibitivos y casi que sale más a cuenta comer fuera que prepararlo en casa). Los dos primeros se iban al día siguiente a Boa Vista, siguiendo su ruta de visitas a todas las oficinas de la organización. Parece que yo deberé ir antes de final de año, la próxima semana se aclarará un poco en qué fechas exactamente.
Como Agnaldo y João se iban, el viernes tuvimos un desayuno un poco más especial al tomarlo en la terraza de nuestra casa. Luego hubo una reunión de casi tres horas en las que se trataron temas organizativos como por ejemplo algunas tareas que hemos de realizar para preparar un evenento de sensibilización de empresas el día 26 de este mes. Hubo una parte en particular, que me pareció muy necesaria. Térida "abrió el melón" en relación al primer cadastro y es que hay preguntas en el cuestionario, que cuando no son invasivas (como preguntar la orientación sexual) son directamente ilógicas y totalmente alejadas de la realidad de quienes responden (me refiero a preguntar los gastos por mes en comida, higiene, etc cuando son personas que viven al día y tienen ingresos muy irregulares). Térida también incidió en que debemos explicar antes de iniciar el "interrogatorio" en qué consiste el cadastro, cual es su finalidad (para garantizar el derecho a la información de las personas y no crear falsas expectativas de qué hacer el cadastro supone automáticamente recibir algún tipo de ayuda) y los beneficios de realizarlo. Abordarlo de otra manera es irrespetuoso para con la dignidad de quienes atendemos. Por último se habló, bueno Térida propuso (¡qué cabeza tiene!), dedicar un pequeño espacio semanalmente, en estas reuniones de los viernes, para informarnos de cuestiones políticas de actualidad como forma de entender mejor el contexto del que provienen las personas que atendemos.
Nos hicimos una foto de despedida y ya con todos al completo así que aprovecho y así les podéis poner caras:
De izquierda a derecha: Agnaldo, Gladis, servidor, Kevin, Térida, João, Mikely, Beatriz, Mikaela y Ludimili
Ese día fuimos Jaqueline, Térida y yo a un venezolano a comer (segunda vez, y vamos sumando al contador porque está de muerte y ya me veo fijo allí todas las semanas) y durante la comida nos habló de algunos lugares increíbles de Venezuela (como el Salto del Ángel, la cascada más alta del mundo -casi 1 km- y la Gran Sabana) y nos contó un poco su propia historia y por qué había tenido que migrar desde Venezuela. Difícil situación la que se vive allí, por ser finos.
Madre mía, y yo que pensaba que por haber estado convaleciente dos días no tendría nada que escribir y quedaría una entrada corta. ¡Iluso!
El sábado por la mañana tuvo un inicio muy especial, nos pudimos reunir prácticamente todos los volutnarios VOLPA en una videollamada. Desde República Dominicana pasando por España (hay dos que todavía esperan para poder ir a sus destinos) y RDCongo a Kenia, vencimos las diferencias horarias y charlamos sobre nuestras primeras semanas en terreno, las dudas y situaciones particulares de cada uno. Parece que a todos nos cuesta la parte de transmitir lo que vemos aquí, evitar el paternalismo, mostrar una realidad demasiado cruda sin hablar de las cosas bellas ni centrarse solo en estas y que parezca algo idílico que no es. El caso, que estuvo la mar de bien y seguro que repetimos.
El día fue más casero y a la noche Jaqueline me comentó que iba a visitar una casa de religiosas, así que me apunté y allí nos recibió la hermana Rose. Dimos un paseo por un parque junto al río que hacía no mucho era un barrio de palafito, con toda la insalubridad que ello conlleva. A orillas del río Negro nos habló de este, de la pobreza (en peces) de sus aguas y la precaria situación que suponía para las comunidades, indígenas y riberiñas, que habitaban sus márgenes. Del hambre que pasan y les impulsa a emigrar a Manaos, en donde pasan a ocupar la periferia de la periferia, familias enteras. El río llega hasta las fronteras de Colombia y Venezuela, lo que lo convierte en una vía de contrabando. También nos habló de las comunidades indígenas en las que había estado, de como algunas cuentan con una cosmovisión que las hace verse en el cuerpo de una cobra, los Tukanos son la "cabeza" y viven bien mientras quienes están en la "cola" tienen condición de esclavos. Desde allí también podíamos ver el exultante y moderno puente que cruza dicho río. Rose nos contaba que había costado un auténtico dineral y que su utilidad era bastante cuestionable pues conectaba Manaos con unas pocas localidades muy pequeñas que mediante barcos ya estaban suficientemente conectadas. No es difícil pensar que más de uno puso la mano en el dinero de su construcción. Ahora, tristemente, por lo que se conoce a ese puente es por ser el lugar predilecto de quienes deciden poner fin a su vida. Diariamente las organizaciones que trabajan en la prevención del suicidio patrullan sus barandas, tratando de evitar más muertes. Estas son solo algunas historias, Rose trabaja con el tráfico de personas y contó mucho más. Entre la dureza y el calor, debo decir que volví a casa aplastado por la realidad.
La semana acabó, por el contrario, un poco más alegre. Térida nos habló de la feria de comercio creativo que se organizaba ese día en el Centro Cultural de los Pueblos de la Amazonia y para allá que fuimos Jaqueline y yo. Allí habían algunas salas expositivas con materiales indígenas, entre otros. En una sala en concreto, un amable guía nos hizo un tour muy interesante ya que él era mitad indígena y conocía bien algunos de los rituales de los que se hablaba. De hecho, él participó en uno, concretamente en un rito iniciático a la edad adulta que consiste en realizar un baile mientras las manos están colocadas en alto y dentro de dos sacos llenos de hormigas nada amigables. Comimos un plato haitiano y un postre colombiano, es tal la mezcla aquí que casi ni he probado platos propiamente brasileños. Para acabar, vimos un espectáculo de música y danza del que os traigo un pedazito para que podáis ver vosotros también:
En fin, semana más por estas tierras.
Saludos,
Sergio
PD: un mapa para visualizar la región
Ves despacito que el mundo no se creo en un día, y tendrás tiempo para todo, utiliza todas tus herramientas y saldrás airoso de este proyecto tan ansiado para ti. Molt d'ánim llargo i a cumplir 😀😀
ResponderEliminarGràcies, molt bon consell, tractaré de fer-ho així, amb ¨bona lletra¨. Un fort abraç!
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