Un vínculo necesario.
Hace poco más de dos días, regresaba del que había sido mi primer encuentro a nivel nacional dentro del programa VOLPA, realizado en Galapagar (Madrid) durante los días 1 y 2 del presente mes.
Mi cabeza sigue dando vueltas y mi corazón todavía siente todas las cosas que han pasado en este corto periodo de tiempo, así que espero ser capaz de expresarlas y para ello voy a ayudarme de una canción que nos acompañó y ya forma parte de este maravilloso recuerdo.
Si bien es cierto, que mis expectativas eran altas con respecto a este encuentro, no pude acercarme en lo más mínimo al alcance del mismo.
En este primer fin de semana de febrero, nos hemos reunido todos los voluntarios VOLPA en formación, provenientes de las diferentes delegaciones provinciales; así como los postVOLPA, aquellos que una vez realizada su acción en "terreno" han vuelto y se encuentran inmersos en el proceso de regreso. Por último, también nos acompañaron algunos formadores y acompañantes de ambos grupos de voluntarios.
Tenía muchas ganas del encuentro, al fin y al cabo, iba a conocer a muchas personas que como yo, se plantean realizar este programa y por tanto, comparten una serie de inquietudes en relación al Sur, la justicia social y nuestro papel en todo ello. Claro que, ya había conocido otras compañeras en mi propia delegación pero esta vez conocería otras muchas más personas de diferentes puntos de España.
No obstante, mi idea inicial no cayó en la cuenta de los postVOLPA, los cuales no solo comparten lo anteriormente dicho de los VOLPA en formación sino que además ya han vivido el encuentro con el Sur y son un testimonio de gran riqueza para la comprensión de esta vivencia. Se daría además, la curiosidad, de que por primera vez este grupo fuera más numeroso que nosotros, quienes todavía nos encontramos dando nuestros primeros pasos.
Un no demasiado largo viaje en coche desde Sevilla hasta Galapagar me llevó a este encuentro nacional en la noche del viernes y tras comer sin mucha hambre en la cena "de traje" y firmar los documentos pertinentes de Entreculturas, realizamos una primera dinámica para poner nombre y origen a cada uno de los presentes. Las risas que esta primera dinámica nos produjo avanzaban el buen ambiente del que seríamos todos partícipes durante los siguientes dos días. Una ducha y a la cama, no sin darle unas últimas vueltas a mis "para qués". Estaba a punto para el espléndido día que sería el sábado.
Tras un desayuno donde ya pude empezar a conocer a otros varios voluntarios, dimos comienzo a la serie de dinámicas y presentaciones teóricas que nos acompañarían durante el día. No es mi intención detallar cada una de ellas pero no puedo sino señalar el profundo carácter de unión que tenían puesto que, al inicio de la mañana no dejábamos de ser un grupo de personas desconocidas, y a través de los ejercicios, pudimos entrar en contacto con los cuerpos de los demás, tocando nuestras fortalezas y debilidades, así como exponer en voz en alta los miedos y esperanzas que inundan nuestro inconsciente. También compartimos las opiniones que de nuestra decisión tiene nuestro entorno, y como nos sentimos a ese respecto. Todo ello fue conducido por uno de los mejores, si no el mejor, comunicador que he conocido. Gracias Alfonso, sin ti nada hubiese sido lo mismo. Al final de la tarde una tremenda sensación de comunicación nos embargaba, ese profundo sentimiento de compañerismo, la esperanza de saberte acompañado, ya que no eres el único y la fuerza de todos está en ti. Por último, tuvimos la suerte de escuchar el testimonio de Paloma, una postVOLPA muy especial cuya historia puede ser leída aquí y nos emocionó a todos, no sería la única historia que escucharía ese día y el siguiente y todas ellas me reafirmaron en la dificultad que este voluntariado internacional entraña pero al mismo tiempo, la fuerte convicción de realizarlo que poseo. Para terminar la noche, varias fueron las opciones de ocio que se presentaron, algunos elegimos la música en directo e improvisada que dos compañeros, Willy y Nuño, guitarra y clarinete respectivamente, nos brindaron. Un cierre magnífico para un día mágico.
El domingo, más corto por la necesidad de volver todos a nuestras respectivas ciudades, pero no por ello menos intenso nos hizo incidir de nuevo en los motivos por los cuales y para los cuales queremos realizar este voluntariado al mismo tiempo que revisamos una serie de puntos referentes a la idiosincrasia del programa. En una dinámica final de unión entre VOLPAs en formación y postVOLPAs donde los segundos nos dieron consejos muy útiles, nos abrazamos todos al son de esta canción que todavía escucho. Una rápida comida entre tristes y alegres despedidas por la pena de separarse pero el agradecimiento por habernos conocido, fue el punto y final antes de iniciar una vuelta llena de pensamientos que no me abandonaban ni me abandonan.
Este encuentro ha sido algo muy especial, y refuerza la idea de que el sentido de la vida no está en un individualismo desmedido sino en la unión con el Otro, en este caso, un "otro" muy cercano gracias a todo lo que compartimos. Llegará el momento, de conocer al "otro" lejano, del Sur, y dar y recibir en el mutuo encuentro para ahondar todavía más en este sentir. Hasta entonces, tengo muchas ganas y energía por seguir esta formación que tanto me está descubriendo de mí mismo y del mundo.
Dejo una foto con mis compañeras y compañeros VOLPA en formación.
Un fuerte abrazo a quien me lea,
Sergio
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