Los últimos viernes están siendo días bastante especiales, en el caso de esta semana, lo fue por la visita/reunión que realicé con las integrantes del Equipo Itinerante, Rai y Gorete. En la conversación que tuvimos en su casa/sede, me hablaron más en detalle de su trabajo (en comunidades indígenas, ribereñas y periferias urbanas) y situación actual. Por mi parte les comenté la idea de trabajo comunitario que estábamos llevando a cabo Terida y yo en el SJMR. Todos convenimos en que será muy provechoso el actuar conjuntamente y nos intercambiamos sendas invitaciones a participar en los eventos que ambas organizaciones de la Compañía tenemos en mente con comunidades.
Tras la conversación "oficial" y poder compartir la comida que me brindaron, de la que adjunto foto más adelante, le hice a Rai algunas preguntas acerca de algo que había mencionado al principio de nuestro diálogo. La "espiritualidad amazónica". Siguiendo mi "modus operandi" le pregunté por bibliografía sobre el tema. Ella esbozó una sonrisa y negando me dijo que no, que de eso no había nada escrito, que me sentase porque iba a contarme.
Mientras esperaba, Rai fue a por esa imagen que vale más que mil palabras. Esta:
En relación con la "espiritualidad amazónica", Rai también me explicó el ritmo con el que en la Amazonia se hacen las cosas. El "ritmo de canoa". Una idea que engloba más que una velocidad lenta y cuidadosa, también la necesidad de "remar juntos" (se necesitan dos personas remando en una canoa) sin que ninguna ocupe un lugar preferencial, no hay delante ni detrás, ambas en los laterales, "caminando" en la misma dirección.
Hubo tiempo para hablar de más cosas, los turbulentos inicios del Equipo Itinerante y algunos hechos trágicos de la Amazonia, como fueron los asesinatos policiales de 2020 en el rio Abacaxis (pincha para más información). Una redada para identificar a un grupo que traficaba en la región acabó con dos policias muertos. Al día siguiente 50 policias militares volvieron a la zona y dispararon indiscriminadamente contra todo aquel que encontraron. Mataron a seis "riberinhos" y dos jóvenes indígenas (de 26 y 18 años) que se dirigían con su canoa a hacer la compra (encontraron los 200 reais que les dio su madre para ello).
No solo conversé con Rai y Gorete, también se unió Ney quien me habló de su trabajo con jóvenes en las periferias. A través de una escuela de capoeira trata de alejar a los jóvenes de la violencia y drogas de esos barrios. Me comentaba que en más de una ocasión lo habían recibido a punta de pistola al ir a recoger a alguno de ellos y que las familias desestructuradas, que trafican y consumen en el propio seno del hogar, son la gran dificultad para evitar que estos jóvenes repliquen lo vivido. Me invitó a acompañarlo en la actividad que harán el próximo viernes en el barrio de Compensa, conocido por ser el más peligroso de la ciudad.
Rai y Gorete, respectivamente
La comida a la que me convidaron, con el típico y delicioso "tambaqui"
Poco después de esa reunión, en la oficina del SJMR, todo el equipo tuvimos el primer encuentro pastoral con el padre David. David ha planificado una serie de sesiones, cada dos semanas, en las que daremos un pequeño recorrido por la vida de Santo Ignacio de Loyola y de su espiritualidad. Esta primera sesión fue sobre todo de presentaciones en profundidad de él mismo y de cada uno de nosotros. Sobre el curso, comentó que lo haríamos al "ritmo de canoa". Fue la segunda vez que lo escuchaba ese día y parece que es algo comprendido y asumido por todos los que viven en la Amazonia, de ahí su importancia y de ahí que lo escogiera como título.
En otro orden de cosas, la semana en general tuvo bastantes visitas y movimiento con lo que la transición de la parálisis a la acción, va por buen camino.
El martes, Mikely, Terida y yo visitamos el abrigo Tarumã Açu en el que presentamos los servicios del SJMR, se iniciaron las primeras conversaciones para realizar alguna actividad conjunta y asistimos al taller de trenzado artesanal que las mujeres Warao llevan a cabo semanalmente.
Del miércoles recuerdo sobretodo, al acabar de escribir la entrada anterior, cuan nervioso me puse al ver en directo las declaraciones de Putin y las discusiones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Las noticias de los primeros ataques. No daba crédito. Y debo decir, que me sentí bastante hipócrita por una consternación que no se ha dado en tantos otros conflictos abiertos a lo largo y ancho del globo.
En cuanto al jueves, lo más destacado fue la visita que realizamos Terida y yo, junto con Mary del SARES, al barrio (por más que administrativamente se lo considere solo como una "invasión" u ocupación ilegal) periférico conocido como "Cementerio dos índios". Allí, mediados por una de las líderes locales, pudimos conversar al abrigo de su humilde iglesia con los principales representantes de la comunidad (cacique y vicecacique, en la foto pienso que podréis distinguirlos) y otros muchos intengrantes de la misma. Una vez nos presentamos y presentamos al SJMR, se presentaron (primero en sus lenguas originarias y luego en portugués) nos hablaron de los múltiples problemas que están sufriendo en los tres años que llevan viviendo allí. Sin agua ni luz, sin instalaciones donde poder acoger cursos de formación ni reconocimiento por parte del ayuntamiento, tienen problemas incluso para obtener los documentos. Y es que aunque sean "brasileños", se consideran migrantes puesto que las comunidades indígenas (14 en total) que habitan allí, antes lo hacían en el "interior", en las fronteras y rincones reconditos de la selva. Su migración pues, ha sido de "un país a otro". Pasar de un mundo sin documentación a otro donde se necesita una larga lista para ser alguien con derechos. Los "indígenas urbanos" encuentran además, el desamparo de las organizaciones indigenistas (como al FUNAI) que solo atienden a los indígenas "puros" (los que viven en "la aldea") o los recién llegados a la ciudad. Los que ya llevan cierto tiempo, parece que pierden esa condición y con ello, cualquier tipo de ayuda. En este barrio no solo hay indígenas sino también blancos pobres, migrantes venezolanos y haitianos. Ciertamente, un crisol de interculturalidad. Nuestra idea es contactar con Cáritas, quien se encargaba de su proceso regulatorio y que, no sabemos por qué, lo detuvo. Así como, buscar la forma de realizar una actividad intercultural y con temática, sobre la cultural de la hospitalidad, con el mayor número de habitantes del barrio.
Sobre hospitalidad, ellos saben y mucho. Mary y Terida recibieron unas piezas de bisuteria artesanal para agradecer su presencia. Y es que, bajo su lógica, el que llega no es quien ha de dar sino el que recibe el presente de quien abiertamente acoge y siente, que la llegada, es el mayor regalo. Dejo algunas fotos de aquella conversación. El momento gracioso lo pusieron los niños que se congregaron, a la salida, y me preguntaron con mucho detalle todas las dudas que tenían respecto a mi altura.
Del relajado fin de semana, traer la celebración de cumpleaños de Yan, el sobrino de Terida que junto a su familia prepararon en la terraza de la oficina un evento de la mar especial. Al que asistieron diversas amistades. Rindamos honor a Sandoval, cuya frente podemos apreciar, hacedor de la fotografía de ese momento.
Y hasta aquí puedo decir, que con la calma que me lo tomo me voy pisando las semanas.
Abrazos,
Sergio
PD: Ja estem en Falles!
PD2: Noelia (¡gracias!) me dio una buena idea al comentarme que podía poner música en el blog. Si le dais a las tres barritas de arriba a la derecha (junto a la lupa -en versión móvil-) se despliega la opción de activar la música y podéis escucharla mientras leéis.
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