Semana de adaptación tras volver de la Itinerancia, que diremos comenzó con mi vuelta a Manaos el domingo 8 y terminó en viernes 13, por lo menos lo que respecta a esta entrada, poco antes de la llegada de Natalia y Luis (la pareja colombiana de la Red Jesuita a Migrantes de LAC) que nos traerían un proyecto incrible y con quienes pasaríamos casi dos semanas maravillosas.
El título se lo debo las personas que vinieron y a la ida -o mejor dicho, planificación de la misma- que tuve al hablar con el padre Agnaldo (director del SJMR) de mi intención de poner fin a mi tiempo aquí. Es decir, no prorrogar en un año más el contrato que me une al Serviço Jesuíta a Migrantes e Refugiados. Con él hable, entonces, aquel domingo que llegué. Quedó todo bien claro, entendía perfectamente mis razones para querer realizar solo un año de "experiencia en terreno" y también, comprendió que quisiera seguir en la oficina de Manaos. La opción de trasladarme a una oficina en otro estado brasileño estaba encima de la mesa pero teniendo en cuenta que me siento muy inmerso con el espacio, las relaciones y el rol (responsabilidades y tareas) que he construido aquí, no veía mucho sentido el irme y pasar de forma superficial por ese posible nuevo destino. De modo que con todo esto claro, lo único que quedó pendiente fue establecer una fecha concreta de salida del voluntariado y del país.
No lo he comentado pero cuando llegué a casa ya tenía una visita, la de João (trabajador de la oficina nacional en Brasilia) a quien no veía desde finales de noviembre. Fue muy agradable volver a verlo y sentir el paso del tiempo. De estar conociendo el trabajo en el SJMR y sufriendo con el idioma, a sentirse cómodo y conocedor de ambos. Me gustó compartir con el lo vivido, y tener compañía, algo que no he disfrutado demasiado aquí en la "casa de los voluntarios" (en la práctica, "del voluntario").
Como tal, la semana, empezó el lunes, ¿o quizás el domingo? En realidad, aquí en Brasil el primer día de la semana que aparece en todos los calendarios es justamente el domingo. Así que, puede que esta sea la única entrada en la que digo que empiezo a lo "brasileiro" jaja.
En fin, paridas a parte, la semana de trabajo y vuelta a la momentánea rutina (Natalia y Luis se encargarían de romperla muy pronto) dio inicio, casualmente, con mi cumpleaños. Así que, tocó "celebración oficial" en 2x1 al haber cumplido años Mikaela tres días antes.
Tampoco es que yo haga mucha celebración de normal, pero una tarta siempre se agradece. Días más tarde la "galera" se encargaría de usar el aniversario como excusa para organizar un plan más guay, del que no tengo queja alguna, ya contaré. Pero eso, que volviendo al trabajo tengo que decir que...tampoco me acuerdo en exceso. Lo cual ha de significar que fueron atendimientos bastante prototípicos. Lo que sí sé es que no hubo fue falta de personas para atender lo cual se agradece y aleja un poco el fantasma de las semanas previas cuya ausencia de beneficiarios no se sabía muy bien a qué podía responder.
Ah sí, durante estos días busqué fechas y vuelos de vuelta y la verdad, no habían demasiadas -buenas- opciones. Al final, entre unas cosas y otras, me decidí por el día 21 de septiembre. Curioso es, que un 21 también (aquella vez, de octubre) llegué a Brasil. Voy a salir del país justo 11 meses después.
También me viene a la cabeza el conversar con Elly y que este me comentase el problema del polo industrial de Manaos. La problemática principal es que no es una industria como tal, no produce nada propio sino que funciona como maquila (comprar piezas y montar productos pero no fabricar estas piezas) gracias a la zona franca -exenta de pagar impuestos- lo que permite comprar piezas más baratas y vender los productos ensamblados. La cuestión es que, si quitas la exención fiscal todas las empresas se van al garete por lo que se está manteniendo una burbuja dependiente de esa política y de la exportación. El beneficio real o directo para la población del estado del Amazonas (me contaba que justamente esta iniciativa se impulsó para poblar esta región) es ínfimo puesto que solo ganan los dueños de las fábricas y los X trabajadores de las empresas. No hay un beneficio para productores de las materias primas o procesos intermedios porque se compra todo de fuera para solo tener que montarlo y si acaso cambiarle la caja e instrucciones (no vaya a estar la lavadora que compras con las instrucciones en chino).
Ya por último, destaco el pedazo de acompañamiento que tuve con Mila el viernes por la mañana y que me ayudó tanto para hacer un muy buen balance de lo vivido como para señalar la mejor dirección a tomar estos últimos meses. Además me ayudó a solucionar un problemilla de comunicación que yo mismo había generado por cierta impulsividad en la compra del billete. Sorry Sonia.
Saludos,
Sergio
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