Semana 30 - Hospitalidad

Uno de los periodos más significativos de mi tiempo aquí, transcurrió durante los doce días que Natalia y Luis pasaron con nosotros en la oficina del SJMR y más concretamente, conmigo compartiendo la casa, el tiempo, pensamientos y sentimientos. 

Esta agradable y simpatiquísima pareja colombiana, forma parte de la Red Jesuita a Migrantes y en los días que estuvieron en Manaos, nos presentaron el proyecto #SoyH. A nosotros y a toda la red de colaboradores y espacios ligados al Serviço Jesuíta. De modo que, como podréis imaginar, nos la pasamos de arriba abajo cada uno de los días. Antes de pasar a contaros su ajetreada estancia, os recomiendo a que entréis en la página web donde recogen las historias de hospitalidad en las que se basa su proyecto, ¡y mucho más!

https://historiasdehospitalidad.com/

También, os invito a que escuchéis esta, su canción (ambos son músicos y muy buenos) que a mí personalmente me eriza la piel cada vez que la escucho. Que la disfrutéis.

Entonces, vayamos al lío. Natalia y Luis llegaron un viernes 13. Rompieron la superstición porque lo que habrían de traer sería todo bueno. A mí, de hecho, me trajeron una carta de Sofía. Habían estado en Boa Vista antes y ella se la había dado. Tengo que volver por allí para poder despedirme en condiciones.

Al poco de llegar, tras ayudar a preparar el auditorio, participamos de la actividad con la que Natalia y Luis presentan su proyecto #SoyH.

Nos recibieron con música, concretamente esta canción que no nos cansaríamos de cantar una y otra vez durante toda la semana:

La primera parte de la actividad consistía pues, en desperezarse y cantar todos juntos la canción. Ya con ello, nos pusimos todos en un modo mucho más abierto. Bendita música.

Luego de esto y algunas explicaciones, seguimos con otra dinámica que consistía en escribir en un papel la palabra Hogar/Lar. Alrededor de esta debíamos anotar todo aquello que asociáramos con dicho concepto. Posteriormente romperíamos en pedazos la hoja, ¨vivenciando¨ de esa forma, la ruptura que sufre la persona migrante al verse forzada a salir de su país y abandonar todo aquello que para él/ella era su hogar. También escribiríamos más tarde qué era para nosotros la hospitalidad. ¿Qué es para ti la hospitaldiad? 

A continuación, se nos pidió que recordásemos a una persona que no está con nosotros. Sea por la distancia geográfica o porque ya no está viva. Después de mencionarla en voz alta pasamos a otra dinámica en la que debíamos caminar mirándonos para, al parar la música, quedar frente a frente de otra persona. A quien íbamos a mirar con respeto y detalle, siendo conscientes de sus diferencias pero también...al recordar a la persona en la que habíamos pensado antes y proyectarla sobre la que mirábamos ahora, ver en ella nuestro ser querido.

Al terminar, creo que puedo hablar en nombre de todos, nos quedamos con una sensación muy reconfortante y de alguna forma, limpios -aunque pudiera ser solo de forma temporal- de algunos automatismos que nosotros mismos creamos para cerrarnos en nuestros propios círculos de proximidad.

En la noche, fuimos a Compensa II donde la asociación Arte e Revelação ofrece su capoeira a los jóvenes del conflictivo barrio como si de una entrada en una nueva familia se tratase. También Natalia y Luis vinieron y presentaron su canción ¨Depende de mi¨. Era un día muy significativo para el grupo porque el 13 de mayo se conmemora la Abolición de la Esclavitud en Brasil. Hubo un momento pedagógico para lo más jóvenes, impartido por un mestre capoeirista, en el que se habló de esta fecha y de las circunstancias históricas que la produjeron.

Para entenderla, hemos de evitar el pensamiento fácil ya que esta abolición no se dio, en realidad, por causas morales sino económicas. ¿En serio? Veamos.

El proceso de abolición de la esclavitud parte de los altos costes que suponía para los propietarios de esclavos, la manutención de los mismos. A finales del XIX se ve más eficiente liberar a esos ¨ciudadanos¨ para que pasaran a ser proletarios. Era un negocio perfecto ya que se mantenían como mano de obra y al mismo tiempo, entraban en el mercado como consumidores. Y hacían falta muchos consumidores. Por ello fue que las grandes potencias (principalmente Gran Bretaña y Francia) que ya habían tomado esa decisión comenzaron a influenciar a otros países para que aboliesen la esclavitud. 

En 1871 le tocó el turno a Brasil que hizo sus primeros pinitos con la Lei do Ventre Livre que concedía la libertad a los hijos de los esclavos a partir de dicha fecha. Sin embargo, estos estaban bajo la tutela del amo hasta los 21 años de edad.

En 1885 Lei dos Sexagenários a través de la cual se daba la libertad a los esclavos mayores de 60 años (luego sería de 65 años). La cual no pasaba de broma de mal gusto teniendo en cuenta que la edad media de los esclavos era de 21 años. ¿Os suena esa edad?

Por último, en 1888 se decretó la Lei Áurea que daba la libertad efectiva a todos los que hasta entonces se encontraban en situación de esclavitud. Ser ¨libres¨ no supondría una mejora sustancial de sus vidas pero, ahí queda.

Con la vuelta a Compensa II, vi de nuevo a Ney, Erika, Zé Leandro y Zumba con quienes tan buen tiempo había pasado la semana anterior en la itinerancia. También me reencontré con David, el otro voluntario VOLPA en Manaos, a quien no veía desde la primera semana en la ciudad allá por principios de abril. Iba a permanecer tres semanas en la ciudad a la espera de planificar próximas salidas y debo decir que hemos aprovechado bien el tiempo. Una suerte tenerlo cerca.

Dejo algunas fotos de la capoeira de aquella noche:

Como la semana que nos esperaba iba a ser un no parar, me adherí al plan de Natalia y Luis aquel fin de semana que consistió en recargar fuerzas con la única salida (al menos en mi caso) de visitar la comunidad jesuita Claudio Perani para almorzar y presenciar una discusión política antológica entre Sílvio y João Luiz.

El lunes empezaba con una visita a la periferia, la actividad de Natalia y Luis la acompañamos con unas marmitas de comida y las arepas que veis en la imagen. Durante la elaboración Luis y yo hablamos del programa VOLPA. Está interesado en saber como funciona porque quieren crear un programa similar para los países suramericanos. Ojalá lo logren.

En inicio, la idea era entregar solo a la población migrante e indígena Warao que reside en el ¨Área Misionaria¨ (Arquelino fue de inestimable ayuda) pero por suerte, hubo comida de sobra y también varias familias brasileñas (que están igualmente en condiciones de vulnerabilidad extrema) pudieron compartir el alimento al son de la música de Natalia y Luis. De hecho un cantor brasileño se nos unió con su guitarra y tocaron juntos (Luis con el ukelele y Natalia con el violín -que siempre dejaba a todos pasmados-). 

Me acordé de aquella formación en seguridad impartida por el ACNUR y como nos habían dicho que las acciones se han de planificar de forma (cuando son en los barrios/propias comunidades, distinto es en tus espacios de trabajo) inclusiva para no generar suspicacias y rechazo hacia el grupo o colectivo que recibe la ayuda (en este caso las personas migrantes) lo cual puede sembrar una discordia que a la postre, dificulte todavía más la integración de estas personas. De ahí que me pareciera tan importante que las familias brasileñas pudieran comer también.

Ya en el martes, de buena mañana tuve que quedarme en la oficina para atender mientras el resto estaba en el abrigo Coroado (al que ya fui en la Semana 22 - Avances). Mientras estaba en la oficina llegó una familia preguntando por Isabel. Supuestamente trabajaba aquí y ellos habían hecho un pago para venir a la oficina y recoger los billetes para la Interiorización. Era la segunda vez que les estafaban. 

A la 13:00 teníamos que estar saliendo hacia la Marina do Davi para ir a Nossa Senhora de Fátima y entregar unos kits de costura a un grupo de mujeres artesanas con el que habíamos establecido contacto gracias a Mara y dona Dalva. Fue realmente bien, tanto por la actividad con Luis y Natalia que les encantó como por recibir esos kits que les motivaron mucho a seguir reuniéndose. También fue muy bueno volver a la comunidad y ver a las hermanas un mes después. 

Por lo que respecta al miércoles, realizamos el mutirão (desplazar nuestro personal y equipos a otro espacio para ofrecer allí nuestros servicios y facilitar a las personas recibirlos) que habíamos proyectado, también en el barrio Coroado, con las hermanas de Calcuta semanas atrás (justo esta: Semana 27 - Fraude). Fue bastante intenso pero se pudo atender a todo el mundo, que es lo que cuenta. Además, Natalia y Luis nos acompañaron e hicieron del tiempo de espera, algo muy especial. Fotos de la acción:

Desde allí, nos fuimos ellos dos y yo, directos a las instalaciones de Fé y Alegría donde presentarían su canción y el significado de la misma. En la mayoría de ocasiones en las que fui con ellos, me tocó hacer de fotógrafo improvisado cuando no estaba recogiendo las firmas para las infinitas hojas de asistencia.

En cuanto al jueves, fue el turno de volver a Compensa II. Esta vez para visitar un colegio público en donde Natalia y Luis se enfrentaron al público más multitudinario y también más difícil. Aun con todo ello, valió la pena. 

Ya acabando la semana, el viernes, nos dirigimos de nuevo a la comunidad de Nossa Senhora de Fátima. Menuda expedición éramos, un total de 8 personas entre las que habían cuatro voluntarias locales. En dicha salida, llevamos el proyecto #SoyH a la escuela pública de la comunidad. Con algunos imprevistos de por medio porque la electricidad se había caído y los profesores estaban locos por dejar salir cuanto antes a unos alumnos que en las clases sin aire ni luz, estaban desbocados.

Hubo tiempo para visitar la casa de las hermanas Mara, Mira y Zenilda y que así el equipo las conociese. De izquierda a derecha: Natalia, Renata, Mikely, Giovana, yo, Mara, Doriney, y Ruth.

Fue además, una actividad con sabor a despedida porque Ruth se nos iba (había encontrado trabajo). Lo hizo dejando buen sabor de boca, por su genial desempeño pero también porque trajo unos pasteles la mar de ricos que aprovechamos para comernos mientras esperábamos la lancha que nos devolvería a Manaos. ¡Gracias por todo Ruth!

Gracias a la invitación del hermano Arquelino pudimos planear un finde muy bueno. Nos alojaríamos el sábado noche en la casa de retiro: Natalia, Luis, Terida, Yan, Eric, David (estos dos del Equipo Itinerante) y yo. Antes asistiríamos a una misa casi de catequesis dada por el padre Emilio.

Como siempre, los forasteros deben presentarse. Yo quise escabullirme porque oye, en realidad era la cuarta vez que iba así que, tan nuevo no era. Pero como vi que el vergonzoso de Yan se venía a mi vera para aprovechar mi escampada, me dije no, me voy pa´l micro para que así no le quede otra que hablar. Y habló. El sobrino de Terida jaja

Después habían preparado una cena con karaoke que fue muy especial y en la que se celebró (con la excusa de no haberlo hecho mejor cuando tocó) mi cumpleaños. Ahí nos acompañó también Dimas y Arquelino, así como la pareja paraense que regentaba el local, los Rai. Toda una mezcla de nacionalidades.

El domingo nos lo tomamos con calma y no era para menos estando en un lugar tan tranquilo y acogedor como la casa de retiro Ir. Vicente Cañas. Destacar la entrevista que me hicieron Natalia y Luis (la cual me ayudó a darme cuenta de algunas cosas muy importantes -ojalá tenga acceso a ella en algún momento y pueda compartirla-) y las canciones que tocaron y cantaron para nosotros mientras atardecía.

El lunes la actividad que habíamos realizado el día de su llegada, solo de forma interna el equipo del SJMR, fue ampliada y realizada en un evento con la presencia de varios de los trabajadores de organizaciones colaboradoras del Serviço. A la gente le debió gustar porque participaron muchísimo.

Para terminar esta visita tan buena, el martes fuimos a desayunar con la última comunidad jesuita que les faltaba a Natalia y Luis por saludar.

Durante aquel día se estaba realizando en las instalaciones de la oficina una mutirão por parte de la OIM relativa a trámites de residencia temporal. Nuestro papel fue más acompañar el buen desarrollo de dicha acción. Natalia y Luis nos lo recompensaron preparando una comida colombiana de las que marcan época. La disfrutamos arriba, en la casa de voluntarios.

Y a ellos, al terminar, se les hizo entrega de unos detalles.

El tiempo compartido y todas las conversaciones que tuvimos Luis, Natalia y yo me las quedo para mí. Solo agradecer que fueran mucho más que huéspedes. De verdad, su paso ha marcado un antes y un después en mi tiempo aquí. Os deseo la mejor de las suertes. Un muy fuerte abrazo de mi parte, amigos. Y gracias Terida por organizarlo todo.

Al resto, gracias por aguantarme y enhorabuena por leer tanto si has llegado hasta aquí jaja

Sergio

PD: de entre los documentos que nos compartieron Natalia y Luis, dejo por aquí dos pequeños documentales (15 minutos cada uno) que pueden ser de interés a más de una. Sobre los caminos que recorren las vidas que migran.