Una semana más. Una semana menos. Esta tuvo un poco de todo, tanto en eventos como por sentimientos, subiendo y bajando entre el ánimo y el desánimo.
Empezaré hablando de la buena noticia que da nombre a esta entrada. La llegada de un nuevo grupo de voluntarios locales. Ciertamente estas palabras hubieran sonado mejor y no el ¨sangre nueva¨ que utilicé en la presentación y que bien pensado, parece un poco a secta satánica. Si el lunes vinieron a conocer mejor donde se metían, los que aceptaron continuar, recibieron un introductorio y general ¨entrenamiento¨ el jueves. A cargo de Mikely y mía como se observa en la imagen:
Para presentaros a los voluntarios, me valgo de una foto del lunes. De izquierda a derecha: Paulo, Julio, Yovelyn y Thaisa. El último muchacho no siguió en su lugar entro Alexander (presenta ya en la formación, imagen de arriba):
En fin, desearles buena experiencia y agradecerles su interés y compromiso con el SJMR.
Aunque ya quedé relevado de mis funciones en el PITRIG, con la vuelta de Terida, esta semana volví a pasarme por allí en dos ocasiones. La primera fue el martes, en la parada de una capacitación sobre escucha cualificada a víctimas del tráfico de personas impartida por la OIM. No solo veríamos los pasos a seguir en la escucha sino también las especificidades que cada colectivo vulnerable tiene y por tanto, el atendimiento preferente que ha de realizarse. Lo más duro fue escuchar las historias de quienes trabajan en dicha área ya que la región amazónica tiene muy normalizadas la explotación infantil (sexual y de trabajo). Desde menores que son enviados a la ciudad para que ¨estudien¨, otros que han de pasar gran parte del año trabajando en la roça, hasta los juguetes sexuales de los capitanes de barco, contrabandistas y demás ralea que se mueve por los ríos e interiores.
La hermana Rose estaba allí, muy grata sorpresa. Nuestros últimos dos encuentros fueron por puro azar, manda organizar un último de despedida. Ya estamos en ello.
Decía que había ido otro día al PITRIG, fue el miércoles, para la inauguración del espacio donde se ubican las organizaciones sociales entre las que está el SJMR.
Vaya parrafito. ¨Miii madre¨ como diría Fernando. Venga va, cambio de tema que la semana tuvo más cosas y no es plan de lloros antes de tiempo.
Con el Equipo Itinerante coincidí hasta en cuatro ocasiones esta semana. La primera el martes por el aniversario de David, el otro VOLPA. El jueves este nos invitó a un evento donde conoceríamos a la familia española que lleva viniendo desde 2015 a realizar un proyecto de energías renovables. Digo familia porque sí, vienen todos, la madre, el padre y los tres hijos. Y unos amigos de unos y los otros. VOLFA lo llaman, Voluntariado en FAmilia (también intergeneracional, más allá de los lazos de sangre). Ahora entiendo cuando Ney lo pronunciaba así...yo pensando que se estaba cachondeando de mí y estaba reflejando la realidad de los últimos 20 años. El EI ha tenido innumerables VOLFA pero solo un VOLPA. Joder David, vaya presión jaja. Pero al hilo, el jueves Fernando, Yan Carlos y yo fuimos y conocimos no solo a los voluntarios sino también su proyecto, FLORA, que aquí os comparto:
Al día siguiente también coincidiríamos con toda esa galera en la capoeira de Compensa que fue un poco más corta de lo acostumbrado porque se iban a su chácara de reunión dos semanas.
Por último, el sábado me encontré con el padre Fernando (figura muy especial dentro del EI) en la comunidad donde está el padre Alex, mi acompañante, que tuvo a bien oír mis diatribas. Por su parte, Fernando nos contó las suyas en el almuerzo y es que el tema elegido fue la ¨teología cuántica¨ o de cómo se había reencontrado con su formación en física y su fe a través de una fórmula: física-metafísica-fe. Bastante curiosa fue la conversa y con la emoción que sentía él al contárnoslo, más.
Como no podía ser de otro modo, a una semana tan movida la esperaba un fin de semana bien tranquilo. Y eso pasó. A pasear el domingo por comer fuera, comprar tres piñas y listo. Hablar con varios amigos, a los que tengo tantas ganas de ver. Con los que hablo y con los que no, que hay quien no me reconocerá con barba jaja.
Ahí queda.
Saludos,
Sergio
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