Dura semana debido a una decisión que ha generado mucho sufrimiento innecesario. Veremos por cuanto tiempo y de qué forma se puede mejorar la situación actual.
La decisión de la que hablo es el cambio de modalidad de atendimiento en el PITRIG, la base de la Operación Acogida en Manaos (por donde pasa el flujo migratorio mayoritario para entre otras cosas, resolver sus trámites de documentación). Hasta este lunes y desde que estoy en la ciudad, se atendía por cita previa pero los militares decidieron prácticamente de forma unilateral pasar al atendimiento espontáneo, esto es, por orden de llegada.
Las razones esgrimidas son varias, desde estandarizar el atendimiento al estilo de los operativos desplegados en Pacaraima y Boa Vista a aumentar el número de personas diariamente atendidas ya que la lista de espera no hacía más que crecer y superaba las 15.000 personas. Respecto al primer motivo, ha de decirse que la situación en esas dos ciudades fronterizas es muy diferente a la de Manaos ya que en ellas los migrantes están de paso mientras que aquí están ya asentados. Además, hablamos de una ciudad de 2 millones de habitantes por lo que las dificultades para planificar los desplazamientos son múltiples. En cuanto al "tapón" que se estaba formando con el método de las citas previas, es cierto que algo debía cambiar para poder dar una respuesta más efectiva pero de ahí a eliminar por completo la opción preferencial de ser atendidos ciertos grupos con mayor vulnerabilidad (como son personas enfermas, ancianas, niños, mujeres embarazadas...) hay un trecho.
Con el atendimiento espontáneo, la "famosa" fila, se aumenta el número diario de personas atendidas pero también se somete a estas a condiciones lamentables (noches en vela haciendo cola, con escenas de violencia y muchos riesgos) y se dificulta enormemente que esos grupos ya mencionados puedan acceder a los servicios.
Y no solo eso, otro problema que acontenció de manera inmediata fue que todas las personas que habían sido agendadas (tenían cita previa) para esta semana (y siguientes) no tenían ninguna prioridad. Así que, fueron muchos los que, aquella mañana de lunes, se encontraron repentinamente con la noticia de que no iban a ser atendidos. Porque la cita previa que mostraban no valía de nada.
Este fue el caso de Yaqueline, cuya historia relataba hace dos entradas en la Semana 38 - Responsabilidad y refuerzos. Os recomiendo leerla antes de seguir. Ella, que había venido con su hijo de una semana, tras pasar un parto de riesgo y estar ingresada sin apenas poder caminar, no fue atendida hacía semanas. El sistema informático de la PF se había "caído". Reagendada aquel día, ahora volvía y ¡sorpresa! No la dejaban pasar.
Mi primera acción fue hablar con el militar encargado del paso de las personas, de dar las "señas". Su "no" fue rotundo. De ahí pasé a hablar con el mayor Megale y el suboficial Jason a quienes conozco más personalmente. Sin embargo, tras explicarme más detalles de la decisión, solo pudieron ayudarme facilitando el acceso de Yaqueline, su esposo e hijo, a la pequeña caseta del SJMR donde atendemos de lunes a miércoles (esta semana, de nuevo, acompañado por Yan Carlos). Conocí a otro oficial, Pacheco, quien me remitió a hablar con el ACNUR. Como Mikely es el punto focal de la oficina la llamé para que se pusiera en contacto con Rakely (coordinadora del área de documentación del ACNUR) pero dado que se encontraban ambas en actividades externas, poco pude sacar por aquel lado. Al final, suerte que pude dar con Pedro -trabajador del ACNUR- que me ayudó a pasar a la joven pareja con la Policia Federal. No sin dificultades ya que el marido no aparecía en la base de datos y hube de realizar su solicitud a toda prisa y hablar con una trabajadora de ADRA para que lo colocase.
Se pudo resolver. Ahora bien, las excepciones tienen un límite y por parte del SJMR habían más de 100 personas agendadas (tras el trabajo de documentación de todo el mes) que en cuanto toparan con la negativa de los militares iban a "reclamarnos", ¿qué hacer entonces?
Los días siguientes Yan Carlos y yo, entre los atendimientos rutinarios, tuvimos que llamar a todas esas personas una a una para avisarlas de que su cita previa ya no tenía validez; que podían dirigirse al PITRIG cuando lo deseasen pero...iban a tener que ir "muy temprano".
"Muy temprano" es un bonito eufemismo. Carlos y Carmen son una pareja venezolana llegada hace poco a Brasil. Alumnos del curso de portugués que se imparte en nuestra oficina, los avisé de la "buena nueva". Me agradecieron y dijeron que "mañana mismo" madrugamos para estar allí y resolver de una vez "lo de los papeles". Fue el miércoles cuando me los encontré allí. Habían ido a hacer fila a las 3:00 de la madrugada y me contaron que se había colado gente, pasado escenas violentas...y todo ¿para qué? No habían conseguido plaza para los trámites de residencia (condición migratoria a la que ellos deseaban acogerse) y estaban desanimados, "solo refugio". Les dije que mejor eso que nada, que luego siempre se podrían cambiar (cuando haya menos saturación, ¿algún día dejará de haberla?) y que, ¿qué iban a hacer? Volver otro día y hacer esa condenada fila de nuevo tampoco les aseguraba obtener plaza. Encima, a medida que la noticia se vaya esparciendo, cada vez más gente irá antes a hacerla por lo que mayor dificultad. Me enteré más tarde que se quedaron frente al área de la OIM y finalmente consiguieron sacar sus documentos de residencia porque fueron más personas atendidas que señas repartidas. Un golpe de suerte.
Aquel día también iniciamos la charla informativa diaria en la que cada organización expone sus servicios. Mientras siga viniendo al PITRIG, me va a tocar hacer la del SJMR.
Para que os hagáis una idea de la situación que os describo, os dejo una fotografía y vídeo de la fila nocturna que hacen las personas que quieren ser atendidas a la mañana siguiente. Cada día irá a más.
En otro orden de cosas y ya en jueves, día que vuelvo a la oficina, decir que hubo muy poco movimiento por la mañana lo que me permitió acompañar a Fernando al encuentro de Yoli, religiosa que comparte comunidad y trabajo con la hermana española Sofía que conocí personalmente allá por noviembre en Boa Vista: Semana 5 - La frontera
Casualmente, se celebraba la independencia del país de Yoli, Perú. Que mejor modo de conmemorarlo que yendo a un conocido bar peruano de la ciudad.
Al volver, como comentaba, seguían sin llegar personas a la oficina de modo que pude pasar un rato con Yoli en la terraza. Con solo una pregunta desató un torrente de información por mi parte. Tiene un "aura" de esas que le hacen a uno abrirse sin miedo alguno. Y yo que soy de fácil verborrea pues...
Por la tarde sí que hubo movimiento ya que se realizó el acto de "graduación" de los alumnos del curso de portugués impartido en la oficina.
Comentarios
Publicar un comentario