Tocaba volver a la oficina y dejar atrás el PITRIG, la intensidad que ha significado el mes allí, lo hacía satisfecho por haber "dado el callo" y aliviado por liberarme un poco de esa responsabilidad.
Y tampoco es que en la oficina falte el trabajo, como pronto reconocí, pero uno jugando en casa sale más confiado que de visitante.
De los currículos, la documentación y demás servicios he hablado hasta la saciedad así que, pasemos ligeros por aquí.
El lunes, Fernando y yo fuimos a la comunidad jesuita cercana "del padre David" (aunque él no sea el superior sino un tío la mar de carismático). Había ganas, tiempo sin ir, pero sobre todo un buen motivo. Por allí pasaba el hermano José, ya de vuelta para su tierra. Portugal. Con él he coincidido en varios momentos...
Al poco de llegar, cuando fui a Boa Vista para conocer la oficina de allá y "regularizar" mi estancia: Semana 5 - La Frontera
En febrero, un mes de crisis y parálisis, cuando vino a Manaos para hacer un curso: Semana 15 - Periferia
Y el momento más importante, cuando nos "embarcamos" (gracias a la Capoeira Itinerante) para vivir una semana en el interior amazónico: Semana 28 - Itinerancia
Especialmente, aquellos días aislados, haciendo piña "ibérica" pude concerlo mejor y disfrutar de su compañía. Un grande, José, que la vuelta te sea leve.
Estábamos de izquierda a derecha: Sandoval, Adriano, me olvidé, José (verde), David y Klebson.
Espero que mañana sea contratado, Yan Carlos digo, quien nos ayudó toda la semana y al que le debo más de un "pepito" por ello. En la oficina y en el extrarradio, en una acción externa (en colaboración con la Pastoral del Migrante) a la que tuvimos que ir el jueves junto a Mikely.
A hacer solicitudes de refugio, como churros. Lo que no hubo esta vez, a diferencia de las ocasiones en las que fuimos a la congregación de las hermanas de Calcuta, fue comida. Lo que no faltó es la amabilidad de las personas que atendimos, que aun con la tediosa espera se mostraron muy agradecidas.
Los "pepitos" cayeron el viernes por obra y gracia de Fernando que así lo dispuso. Y en cantidad, que hasta el sábado comimos. También aquel día reunión de equipo. Información relevante y próxima, mañana llega un nuevo contingente de voluntarios. Tocará adiestrarlos.
El fin de semana aproveché para hacer una de esas cosas que por chorra, tardas, pero no quieres dejar de hacer. Ir a la Arena da Amazônia a ver un partido del Manaus FC. En un gesto de solidaridad, acompañamos a las familias de los jugadores involucrados. Mucha más gente no había.
El domingo, es decir hoy, era el día de los padres. El padre Alex, mi acompañante, me dijo de comer con él y su familia. Vino también el hermano Arquelino. Qué de tiempo que no los veía. Aunque para tiempo el pasado desde la última vez que vi a sus padres, ya había ido a comer a su casa en Navidades.
Estoy pesadito pero, oye, no paro de ver relación entre el principio y ahora, el final. Debí hacer bien, tenía sentido terminar aquí en Manaos. Cerrar el círculo.
Abrazos,
Sergio
PD: que no exagero, si hasta aquella vez la foto que puse para la entrada era igual que la de esta semana: Semana 3 - Campamento base
Comentarios
Publicar un comentario