Esta semana tuvo mucha miga, pero especialmente lo que hubo fueron varios eventos inesperados que en el último momento lo cambiaron "todo". Un, dos, tres, ¡acción!
Empiezo con una foto que en realidad tomamos a la vuelta y no a la ida, pero venga, la pongo en "primera plana" para que no se diga. De mi talla no había camiseta oficial. Me tocó quedarme con una de la carrera solidaria de Entreculturas (si tiene otro color y está subrayado, hay que pinchar, sin miedo).
Digo. A la vuelta de nuestra visita a la comunidad de Nossa Senhora de Fátima (Terida, Yan y yo). Al encuentro de las hermanas Mara, Mirna y Zenilda así como, de dona Dalva, líder local. El objetivo principal era avanzar en la realización de una actividad conjunta en la comunidad (mejor dicho, de varias, porque la cabecita de Terida no para). El objetivo secundario, experimentar la calma y calidez única del lugar.
Me gustaría mostraros algunas imágenes del río, de cómo ha crecido durante los últimos meses y el punto en el que se encuentra ahora mismo. Aún siendo cambios esperados, no dejan de sorprender:
Primero cuando llegamos este lunes, y después, la primera vez que llegué a la Marina de David a principios de diciembre (para leer sobre aquello: Semana 7 - Archipiélago fluvial). Como podéis apreciar, en la primera foto la pasarela está a "pie de calle". En cambio, en la segunda de hace unos meses, había que bajar una escalera relativamente grande.
Dejo por aquí también como se ve ahora el muelle de la comunidad y como se veía hace sólo dos meses. La "playa" ha desaparecido prácticamente. La segunda foto forma parte de una casi colección fotográfica recogida en la Semana 16 - Tarumã Mirim.
Hablo de "giros de guión" en el título y en la comunidad se produjo el primero de ellos. Fue como sigue. La noche del primer lunes, Terida y yo nos enviábamos en "clave" (por Whatsapp, vaya) algunas frases referentes a nuestra "derrota". Había que asumir que quizás, al final, nuestras anfitrionas no estaban tan interesadas en realizar ningún trabajo conjunto. Varias eran las ideas que fueron expuestas y no habían recibido más que indiferencia o cambios de tema. Tamaña fue la sorpresa cuando el martes, poco antes de irnos, en una última conversación con Mara y dona Dalva (a la que más tarde se unirían Mirna y Zenilda) nos quedábamos pasmados ante la proactividad de estas. El interés inesperado en recoger el testigo de algunas de las propuestas presentadas. Conseguimos "combinar" los siguientes pasos. De verlo perdido a estar, ahora, con varias oportunidades abiertas y gran predisposición por parte de ellas. ¿Qué fue lo que pasó? A decir verdad, solo podemos hacer conjeturas. ¿Puede que tuvieran un mal día y estuvieran más pendientes de otra cosa? Puede. Lo que nos quedó claro, es que muy probablemente sea una cuestión de "amoldarse" al ritmo de la comunidad. Primero reconocerse, socializar y ya si eso, mañana, hablamos de trabajo. Sinceramente, ni tan mal. ¿Qué prisa hay?
Ah sí, aquel día también charlé con Sophie, una joven belga que quiere hacer unas prácticas de su carrera en el SJMR. Se le ayudará en lo que se pueda, aunque planea venir cuando yo planeo volver. Sí, os (te/et) quiero mucho y más pronto que tarde me tendréis dando la tabarra en "carne y hueso".
Venga va, pa'lante que me enrrollo. El miércoles anterior fue la prueba y esta semana fue la "de fuego". Atendimos a unas 25 personas que pudieron solicitar la condición de refugiadas en la oficina del SJMR. En mitad del trámite, con la primera persona a la que atendí, esta me dijo que ya tenía la cédula de residente temporal lista para recoger. ¿Por qué solicitaba entonces el cambio de su "condición migratoria"? Desconocimiento. Le habían dado largas para recoger el documento y por lo que fuera, había escuchado que ese día nosotros sacábamos "otro". Es bastante frecuente también, la generalización de tópicos respecto a una u otra condición migratoria (refugiado o residente temporal). Se cree erróneamente que con la residencia temporal se consigue la naturalización más rápido o que siendo "refugiado" (en general, término con carga peyorativa) no pueden abrirse cuentas bancarias. Estos, por citar algunos bulos. En la realidad, las diferencias sobre el papel son la mayor protección (nacional e internacional) de la condición de refugiado (debido al principio de no-devolución) y poco más. La cuestión es, que esta mayor protección también genera cierta "fijación" al país "de refugio" ya que las personas -oficialmente consideradas como- refugiadas no pueden salir libremente del país que los acoge (deben comunicarlo y seguir un procedimiento administrativo). Esto, a la postre, puede generar dificultades. En particular, en el tipo de "migración pendular" que constituye la mayor parte de la migración venezolana. Estas personas, que residen en los estados brasileños más cercanos con la frontera, generalmente lo hacen para poder "ir y venir" de forma continuada. En estos casos, por ejemplo, es preferible optar por la condición de "residente temporal".
Que no, que...es que me es imposible, leñe. Si no lo digo, ¡reviento!
Después del trasiego en la oficina; Terida, Yan y yo nos encalomamos en el coche de Silvio para recoger algunos materiales que necesitábamos para la acción del día siguiente. En el camino, Silvio se encargó de destruir mis equivocadas ilusiones relativas al trayecto que siguen los barcos en su viaje desde Santarém a Belém (ciudades que visitaré próximamente). Yo pensaba que los barcos llegaban hasta la desembocadura del río Amazonas y luego bordeaban el litoral hasta entrar en el estuario de Belém. Pero no, antes de llegar al tramo final del río, toman un desvío por el estrecho de Breves para llegar al destino final más rápido. Al volver, nos soltó un discurso de por qué tenía la absoluta certeza de que Bolsonaro no ganaría las próximas elecciones. Dos razonas: no ha hecho nada y es un bocazas. Ojo con la primera porque, como nos dijo Silvio, no ha hecho nada pero...tampoco ha desecho nada. Al parecer siguió con las políticas de Lula en cuanto a auxilios sociales (no en cuanto a construcción de vivienda pública, infraestructuras, etc). Lo que más le va a pesar, nos decía, es su posicionamiento sobre la pandemia. Veremos. Yo no lo tengo tan claro.
Ya el jueves, dos grupos partimos hacía los abrigos Tarumã Açu I y II. Terida, Giovana y yo estaríamos en el I y Mikely, Kevin, Renata y Ruth en el II. La actividad consistió, principalmente (además de presentar el trabajo del SJMR, dinámicas con los niños, etc), en la elaboración de unas arepas que los Warao (son dos abrigos con población indígena) llevaban largo tiempo ansiando comer (hasta hace poco tiempo el tipo específico de harina de maiz con el que se preparan no existía en Brasil pero con la migración, apareció la demanda y con ella la oferta).
Más tarde, Ruth, que es una voluntaria venezolana, se lamentaría por no haber sido avisada y no haber probado esas arepas. Y es que, así es como se hacen las "buenas" (las "de la abuela", literal) que tienen un característico sabor a "ahumado".
Las funcionarias, brasileñas, del abrigo se encargaron por su parte de elaborar unos zumos de frutas autóctonas y la tradicional "tapioca" (que debo decir, no juega en la misma liga que la "arepa"). La planta o fruto que aparece en la imagen es el "burichi", elemento clave con múltiples usos en la cultura Warao.
El equipo que integramos la actividad, al completo:
El viernes se dio el siguiente "giro de guión". Repentinamente, Kevin nos comunicó que iba a dejar la oficina. Nuestro salvador en la sala de atendimiento, a quien iban dirigidas todas las dudas y siempre contaba con una respuesta. Alegre y enérgico. Sinceramente, se va a notar su ausencia. Desearle que todo le vaya genial y agradecerle todo lo que me ha enseñado, gracias a lo cual me puedo poner cada mañana delante de un beneficiario. Tras las palabras y despedidas, tuvimos el tercer encuentro pastoral. Esta vez no con el padre David que se encontraba fuera sino con Dimas. La sesión consistió en una recapitulación de las dos anteriores y un cierre a la vida de San Ignacio recorriendo la peregrinación, el camino que este hizo, desde Loyola a Manresa. Que oye, como alternativa al saturadísimo camino de Santiago, uno se lo plantea. Los presentes:
Como no podía ser de otra forma, los planes del sábado se vieron abruptamente cortados por la lluvia (a mí que me habían dicho que la época era de diciembre a enero y realmente es hasta mayo...). En todo caso, lo que no me impidió la lluvia fue ir a la peluquería. Fui a lo seguro, al "Juan peluqueros" venezolano. Solo que ese día no estaba Juan, sino José. Casualidad doble, que la mano derecha de este se llame como la de aquel, en Moncada. Eso o hay un elevado porcentaje de probabilidades de que si tu hijo tiene unos de esos dos nombres, acabe de peluquero. A ver, que sí, son muy comunes pero un poco casualidad es...hasta en lo relativo a su destreza (José no te ofendas).
En cuanto al domingo, sí pude llevar a cabo el plan estipulado. Pachanga de fútbol con unos amigos de Yan. Luego hubo un poco de "post-partido" para acabar comiendo en casa de Terida. Fotos de la entrada al pabellón y la sauna.
Y eso es todo. Hasta dentro de medio mes, cuando pueda volver a sentarme frente a este ordenador y escribir lo que pasó.
Abrazos,
Sergio
PD: el último "giro de guión", aunque esperado y deseado a partes iguales, fue la confirmación de la llegada de David. El voluntario VOLPA que estará en el Equipo Itinerante y que hoy he tenido la suerte de conocer en persona.
Comentarios
Publicar un comentario